Hugo Patricio
Castello: 2012. MACN en comision en la Fundación de Historia Natural Félix de Azara.
La
Guerra rioplatense-brasilera (1825-1828)
Profesor Octavio Mossoti, iataliano, profesor a cargo de la Cátedra de Física Experimental, hizo uso del instrumental de Física al cuidado de Ferraris.
La compra de instrumental
Los instrumentos de Física fueron pedidos a Europa en 1823
y fueron construidos en la casa de los Señores Baillot, Pieret y Compañía, bajo
la dirección de uno de los preparadores del famoso Químico M. Thenard. Según La
Crónica , 1827) “éstos llegaron a Buenos
Aires antes de que se hubiese dispuesto el sitio en el que debían colocarse
esta falta de previsión fue perjudicial a la conservación de algunos de ellos”.
Molina y Ferraris traídos a Buenos Aires por Rivadavia
Estando Carta Molina en Paris le recomendó a Rivadavia a
Carlo Francesco Ferraris, un “paisano” piamontés, para acompañarlo en su viaje
al Río de La
Plata , describiéndolo como “boticario y
amigo mío desde la juventud”.
El ofrecimiento fue aceptado y ambos viajaron a Buenos
Aires donde arribaron en marzo de 1826, siendo los gastos de alojamiento
cubiertos por el gobierno y solicitó por carta que se le abonaran dos salarios
por adelantado.
Por Decreto 115 de Bernardino Rivadavia de fecha 10 de
abril de 1826 se le designó a Carlos Ferraris como “Encargado del cuidado de
los instrumentos de la Sala de física y química, y de la
conservación de los objetos de la Historia natural” con un salario anual de
400 pesos, salario relativamente bajo, cuando se lo compara con el salario de
un profesor universitario de Física Experimental (Pedro Carta Molina) designado
en igual fecha por la suma de 1000 pesos anuales y el de un topógrafo con
salario de 1200 pesos anuales.
Para algunos escritores Carlos Ferraris fue el ayudante de
Carta Molina y en una publicación de época se menciona que el salario asignado
a Ferraris por el gobierno era inadecuado. El concepto que tenían las
autoridades nacionales era que el museo era un depósito de objetos de toda
índole que debían ser preservados por un empleado con un salario no muy
atractivo.
Agüero, ministro de Rivadavia, le asignó por decreto otros
200 pesos anuales para “gastos de vida” y le hizo saber que los gastos de
habitación correrían por cuenta del gobierno, adelantándole el salario del
segundo trimestre del año 1826 (AGN X-6-2-4)*. Al ser designado Ferraris en la
universidad, el 27 de abril éste le explicó al ministro que “los instrumentos
de Física y Química existen en cuatro piezas distintas, algunos en armario,
otros sobre el suelo o sobre mesas y otros todavía encajonados”.
El 27 de Septiembre y 5 de octubre de 1826 Rivadavia y
Agüero decretan que se cree un “Establecimiento para el depósito general de
los útiles, instrumentos, sustancias, etc., necesarios para el mejor desempeño
de los diversos estudios universitarios y la formación del Gabinete de Anatomía
y el Museo de Historia Natural” (Registro Oficial, Tomo 2o., página 180,
No. 2059.
El suprimido Convento de Santo Domingo
El Gabinete de Historia Natural instituido por el gobierno
en 1826 se instaló en las galerías altas del convento suprimido de Santo
Domingo y debía reunir en sus claustros todos los objetos relativos a la
enseñanza de las ciencias físicas y naturales. Debía comprender un laboratorio
de Química, un gabinete de Física y un Museo de Zoología, Mineralojía y de
Botánica. Se le agregó una brillante colección de objetos comprados en Europa
por orden del gobierno y considerablemente aumentada con varios objetos
procedentes de otros países, y llegó a reunir 1500 piezas del reino Mineral y
cerca de 500 del Animal, sin incluir las familias de insectos.
Con respecto al lugar donde habían sido depositados,
Ferrraris consideró que el local no reunía las condiciones adecuadas a tal
propósito y sugirió el traslado a un sitio donde pudieran ser conservados en
forma permanente, para prevenir su continuo deterioro (AGN X-6-2-5). El
laboratorio instalado en los altos del convento de Santo Domingo no se
encontraba en condiciones de ser utilizado (AGN X-6-2-5), de ahí que
transcurridos ocho meses, el 23 de enero de 1827 Ferraris se dirigió al rector
de la universidad para informarle que “mañana miércoles serán concluidos en
Santo Domingo los trabajos que se han mandado hacer para la conservación de los
instrumentos de física y otros objetos” (AGN X-6-2-5.).
El primer inventario
El 4 de julio de 1827, Ferraris recibió en mano un “Inventario
de los instrumentos de Química y objetos de Historia Natural, que el Sr. Dr.
Moreno, catedrático de Química remite al Sr. Ferraris, conservador de los
instrumentos de Física, Química y Objetos de Historia Natural”.
En esa fecha el Dr. Moreno retornó a Carlos Ferraris
retortas, probetas y otros recipientes de vidrio que estaban en su poder, para
uso didáctico en la
Cátedra de
Química de la
Universidad (Archivo
MACN: proveniente del Archivo Giacomo Calleri Damonte, descendiente de
Ferraris, depositado en el Archivio di Stato di Biella, Italia).
Según “La
Crónica.. ”(127) entre los objetos de
Historia Natural había “150 pájaros, un ciervo, una iguana, 180 conchas,
algunos peces y 800 insectos”.
Entre las aves existía un “hermoso cisne del Río de la Plata ,
notable por su largo cuello negro, variedad bastante rara, aun entre nosotros,
y de que carecen casi todas las colecciones de Europa”.
En abril de 1827, Ferraris con el propósito de ampliar la
colección de Historia Natural existente, solicitó la suma de mil pesos y la
provisión de materiales para mejorar la conservación de las piezas en
exposición y comentó “La mayor parte de los peces, reptiles, moluscos y
algunos insectos es preciso conservarlos en el espíritu del vino, que es ahora
bastante mas caro” (AGN X-6-2-5).
En julio del mismo año Ferraris figuraba en el presupuesto
universitario como “encargado y conservador” de los instrumentos de
física y química y de las pertenencias del museo, percibiendo un sueldo de 400
pesos y un adicional por vivienda de 200 (AGN X-6-2-5).
El conflicto que enfrentó a las Provincias del Río de la
Plata con
el Imperio del Brasil duró tres años y finalizó el 28 de agosto de 1828, cuando durante el gobierno
de Manuel Dorrego se llegó a una Convención Preliminar de Paz con el imperio de
Brasil, donde se disponía la independencia de la
Provincia Oriental (Uruguay)
y el cese de las hostilidades.
En Noviembre de 1828 el Profesor Octavio Mossoti a cargo de la
Cátedra de
Física experimental, junto con Carlos Ferraris le comunicaron al Rector de la
universidad que aprovechando “la circunstancia de hallarse ahora abierto el
puerto de esta ciudad y de haber sido nombrado el encargado de negocios en
Francia, sugieren que se efectué la importación de los instrumentos que todavía
faltan para completar la colección existente en la Sala de Física e Historia Natural” (AGN
X-6-3-1).
Es en esta época que comienza una burocrática
costumbre, que habría de continuar hasta el final de la vida de Burmeister en 1892, que impedía la construcción de armarios sin el previo
consentimiento del ministro de gobierno a cargo y que refleja los inconvenientes presupuestarios que habría
de enfrentar cualquier Director del Museo durante 50 años o más,
Mossoti en 1829 le escribía al rector de la universidad
señalando los inconvenientes burocráticos que afectaban a la enseñanza, pues
para obtener que se le “provea de un armario para encerrar los instrumentos
y vidrios que son de uso diario” se requería de la autorización del
ministro Díaz Vélez, quien finalmente dio su aprobación para encargar su
construcción por un carpintero.
La colección del Presbítero Bartolomé
D. Muñoz
Un primer paso en la formación de colecciones lo dio el
presbítero Bartolomé Muñoz, un español con vocación zoológica y mineralógica,
que fue además literato, astrónomo, cartógrafo, arqueólogo y naturalista, y al
a su regreso a Buenos Aires en 1814 donó su biblioteca y su colección
particular con objetos e instrumentos de la
Historia Natural para
“empezar a formar un gabinete”.
Si bien en la página Web del Museo Argentino de Ciencias
Naturales “Bernardino Rivadavia (MACN) se afirma que “Puede considerarse que la Colección Nacional de Invertebrados del MACN se inició
cuando el Gobierno de Buenos Aires aceptó oficialmente, el 11 de Junio de 1814,
la donación del Presbítero Bartolomé D. Muñoz de una colección personal de
"objetos de Historia Natural e instrumentos para empezar a formar un
gabinete". Dichos objetos incluían “Quinientos testáceos que forman una
regular colección de conchas de sus 36 géneros de Linneo, resulta evidente
que no existía un local donde albergar la colección que perteneciera a Muñoz,
que su albacea Juan Molina había mantenido bajo su cuidado hasta 1831, el
gobierno recién designó a Octavio Mossoti y Carlos Ferraris el 3 de octubre de
1831 para inspeccionar la colección que había pertenecido a Bartolomé Muñoz.
Los objetos expuestos consistían en “una porción
considerable de curiosidades e instrumentos de Historia Natural” que
eventualmente podían formar parte de un Museo Público de la ciudad” (AGN
X-6-3-1). Tampoco queda claro si al final la colección se incorporó y en que
fecha.
El segundo inventario
El segundo inventario que existe en el Archivo del MACN
lleva el siguiente encabezado:
“Inventario de los instrumentos de Química, Física y Objetos de Historia
Natural a fin del año 1834” y semejantes a éste se realizaron
similares inventarios en los años siguientes.
En el de 1834 se detallan en
primer lugar, los instrumentos de vidrio de Química, los Objetos de Porcelana,
los Productos de Química, los Animales (931), los muebles de ambas salas, los
instrumentos de Mecánica, de Hydroestathica (sic), de Hydráulica (sic), de
Pneumática, Calórico, Electricidad, Acústica, Luz. El inventario fue escrito en
un cuadernillo de 10 hojas de papel con marca de agua AlMasso, cocido en el lomo (21,3
cm . de ancho x 31
cm . de h).de las cuales sólo 6 hojas están escritas.
Instrumentos de Física, Química y objetos de Historia
Natural para la enseñanza
Queda claro entonces que el Laboratorio de Química,
gabinete de Física y los objetos de Historia Natural habían sido adquiridos por
el gobierno para enseñanza universitaria y que el dinero para el abono del
salario anual de Ferraris y otros gastos serían afectados al presupuesto
universitario.
En ningún documento oficial de esa época se hace referencia
a la colección de objetos de Historia Natural bajo la denominación de “Museo
Público”, de ahí que resulte inexplicable que en la actualidad se utilice esa
denominación para definir de ese modo a la colección de historia natural que
comenzó a ser formada antes de la década de 1820. Las colecciones de zoología y
mineralogía ya existían en esa época y luego dieron origen, al desaparecer el
instrumental de física y de química, al Gabinete o Museo que surgió pasado el
momento de la caída de Rosas. En documento alguno del período 1812-1852, se
hace referencia a un “Museo Público”.
En el primer cuarto de siglo (1826-1850), bajo el cuidado
primero de Ferraris (1826-1842) y mas tarde de Demarchi (1842-1850), las
colecciones se habrán de incrementar a ritmo lento.
Entre 1812 y 1826 el
museo no tuvo presupuesto asignado por el Gobierno
Según Trelles, quien en la segunda mitad del siglo 19 tuvo
acceso a los archivos provinciales de comienzos de siglo, pudo constatar que
entre el decreto firmado por Rivadavia en 1812 y el de 1826 no existe decreto
alguno, el que se haga referencia a un Museo de Historia Natural, y tampoco
existe una asignación presupuestaria para tal fin, por lo que es dable pensar que
en sus primeros 14 años, el Museo existió en los papeles, y que no se concretó
hasta que Rivadavia tuvo la totalidad del poder.
El alejamiento del Físico Mossotti en 1835 y la renuncia de
Ferraris
En reemplazo de Carta Molina había sido designado el Físico
Octavio Mossotti quién en mayo de 1835 decide regresar a Europa, quizás debido
a la inestabilidad política y a la supresión de la
Cátedra de
Física en Diciembre.
El 21 de Noviembre de 1835 se le ordena trasladar el
instrumental de Física a la
Casa de
Espósitos y que retorne la sala que ocupaba el Gabinete de Física al Presidente
del Convento de Sto. Domingo, Fr. Domingo Incháustegui. (Ver notas
intercambiadas).
La ida de Mossotti debió haber influido en Ferraris, ya que
un año después, el 29 de marzo de 1836 presenta su renuncia al rector. En su
renuncia estima que cualquier persona de mediana inteligencia “puede
continuar con la conservación del Gabinete de Historia Natural y
consecuentemente, con las medidas de economía dispuestas por el gobierno, por
tal motivo considera conveniente su retiro para ocuparse de sus “intereses
particulares”.
La renuncia de Ferraris no debió haber sido aceptada,
porque en 1838 en el presupuesto de los sueldos abonados en la universidad,
mostraba que el encargado del Museo aun percibía un salario de mil pesos y contaba
además con un presupuesto de 300 pesos para la conservación del instrumental de
Física y Química.
En 1842 y habiendo fallecido su madre en Italia y una seria
enfermedad que aquejaba a su hermano, el Dr. Francisco Ferraris, vuelve a
dirigirse al rector para informarle que debe trasladarse a Turín, la capital de
Cerdeña para arreglar sus negocios, por lo que solicita una licencia de 18
meses. Simultáneamente
recomienda a Antonio DeMarchi. para que en su ausencia
se ocupe de las colecciones ya que es un sujeto en el que concurren todas las
cualidades necesarias para su buen desempeño. Agrega en su nota al rector, para
estar a tono con la época que se vivía en Buenos Aires: “es federal decido y
muy adicto a la digna persona de nuestro ilustre Restaurador de las leyes”. (AGN X-6-3-1).
* Nota: Todas las citas referidas al Archivo General de la
Nación (AGN)
son transcripciones exactas de aquellas que figuran en la obra: Ciencia y
Técnica en Buenos Aires: 1800-1860, de J. C. Nicolau, 2005: 278 Pág., .Bs. As.
Bibliografía
Anónimo, 1827. Artículo de “La
Crónica Política y
Literaria de Buenos Aires bajo el título “Gabinete de Física y de Historia
Natural bajo
el título “Gabinete de Física y de Historia Natural”, (9/6/1827), en J.
M. Gutiérrez, 1868. Noticias
históricas sobre el orijen
y desarrollo de la
Enseñanza Pública Superior
en Buenos Aires, Buenos Aires: 457-461.
No hay comentarios:
Publicar un comentario